Disciplina Financiera,  ¿Enemiga o Aliada?

Si hay una palabra que nos genera rechazo es la palabra disciplina, la relacionamos a exigencia, a rutinas, a seriedad.

La frase “nuestros pensamiento determinan nuestra realidad” me animó a analizar qué era lo que me tenía en estado de alerta permanente,  y una de las palabras a la que más aversión tenía era la palabra disciplina, palabra que estaba inmersa en cada acto de mi vida diaria. 

De solo pensarla me daba asfixia, agobio, aburrimiento, tedio.

Algo que me gusta mucho es buscar las palabras en el diccionario, y sobre disciplina encontré lo siguiente: 

  • Es la observancia de las reglas de conducta
  • Es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia (tanto para la ejecución de tareas como de las actividades cotidianas)
  • Supone la capacidad para controlar los impulsos, sobre todo aquello que nos aparta de los objetivos
  • Es la capacidad para llevar una vida ordenada en concordancia con nuestros principios, deberes, objetivos y necesidades.

Fue por ello que comencé a conectar con la idea de que la disciplina era un acto de empoderamiento más que un acto de obligación. Era una manera de controlarme a mí misma en pos de un objetivo mayor, era una forma de límite autoimpuesto, de amor propio.

En otras palabras, la disciplina era un factor fundamental a la hora de alcanzar metas arduas, con lo cual dejó de ser una exigencia para pasar a ser una forma de vivir.

La disciplina financiera podríamos definirla como las actividades que realizamos con el fin de mantener un equilibrio económico, planificar el futuro y alcanzar objetivos financieros.

Sin embargo, mantener la disciplina en esta área puede resultar todo un reto para muchos de nosotros. La tentación a realizar gastos impulsivos, la imposibilidad de organizarnos y la falta de control de los ingresos y egresos suelen ser algunos de los principales obstáculos para una adecuada gestión financiera. 

La manera que he encontrado de ser más disciplinada es concentrarme en la idea de que “nadie ama lo que no conoce”, con lo cual, si mi situación financiera era no aceptable, de alguna manera le estaba faltando cariño. 

Si bien en la universidad había aprendido muchos conceptos económicos, contables y financieros; ninguno estaba adaptado a la mi vida personal, es por ello que retome lo que había aprendido y estudiando pude reformular el conocimiento para obtener datos que fueran relevantes en mi análisis. 

Razón por la cual mi primer paso fue obtener conocimientos. 

Luego analizé qué realizaban las personas de éxito de mi entorno, y remarco de mi entorno ya que considero que si tomamos como referencia personas muy avanzadas y con grandes patrimonios lo que terminamos sintiendo y reforzando es la idea de que no llegaremos nunca a donde ellos están.

De allí tomé algunos hábitos, estratégias y técnicas que fueran aplicables a mi vida diaria. 

Por último contabilice qué formación tenía, que grado de madurez había alcanzado, cuáles habían sido mis retos a lo largo de la vida y cómo había podido resolverlos, y con ello pude ver de lo que era capaz para luego poder implementar un plan de trabajo efectivo para mejorar. 

Lo que me gustaría que incorpores de este relato es que tú tienes la habilidad para estar mejor. Hoy no es siempre, con lo cual la situación que estés viviendo actualmente puede ser mejor. 

A lo largo de los posteos iremos viendo herramientas para que puedas apoyar tu cambio.

Bienvenidos, Cyn y Gero.-

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